Querida Cristina;
No mueras con tú música aún dentro de ti.
No se trata de sobrevivir, si no de vivir.
De coger la vida con las dos manos y cantarle, bailarle, sonreirle, quererla, quererte.
No se trata de quedarse con las pocas migajas del amor que nos dan, no se trata de mendigar amor por nadie, si no de recibir amor a la altura y de forma bidireccional.
Que yo tengo amor por irradiar desde mis cuatro costados, empezando desde dentro, empezando desde mi centro, empezando por mi.
Para mi, primero.
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