domingo, 20 de abril de 2014

Un aullido a la Luna.



Las mujeres fuertes a veces se comportan como idiotas. Amamos tan fuerte que nos olvidamos de lo fundamental. De lo que debe ser inolvidable, nosotras.
Me he sentido en mis carnes, haciendo cosas que no quiero hacer, que no quiero sentir en mi piel. Demasiada complacencia, demasiado miedo, a veces.

Aun así estoy empezando a hacerlo con dulzura, con ternura, esto de los aprendizajes. Me gusta equivocarme de esta manera, riéndome en voz alta y con una sonrisa amable hacia mí misma, sobre todo cuando las equivocaciones se deben a amores fuera de control, de esos que salen del pecho a raudales, y es cuando pienso que es precioso que todo ese amor venga desde mi centro. Y Aunque fuese hacia la persona equivocada, sigue siendo precioso sentirlo de esta manera.

Supongo que las mujeres fuertes del mundo a veces necesitamos alzar las lanzas y convocar a nuestra manada, un grito alto de guerra, de rebelión. No más complacencia. Si no más conciencia. ¿Quiero ser yo la que lidere mi vida? ¿O acaso quiero darle ese privilegio a otras personas? ¿Quiero que mi felicidad nazca en mí? ¿Quién quiero ser yo? ¿Alguien secundario en mi propia vida? ¿O prefiero coger las riendas y dirigir mi vida, elegir mis propios caminos?
Por eso no duele tanto, porque aprendes. Y los aprendizajes siempre deben ser bienvenidos con alegría y con aires victoriosos.

Cada mañana empieza un nuevo día, aún por escribir. Somos nosotras las que cogemos el lápiz y dibujamos. Coge el lápiz de tus días, mejor dicho coge todos los colores. Vamos a colorear mojando las palmas de las manos en pintura, disfrutando, riéndonos a carcajadas. Todo lo que puedas imaginar lo puedes crear. Tus días los llenas tú, si es que así decides hacerlo.

Nunca olvidemos ser auténticas, sentir con todo el corazón, llorar de tristeza hasta que duela y reírnos tanto que perdamos el control. Haced el amor de forma libre, disfrutando del sexo con respeto y amor hacia vosotras mismas. Ser fieles a vuestros principios. Aprendamos a recibid los días con agradecimiento y curiosidad por lo venidero, despidamos las noches con el pecho lleno de belleza por el día que se fue, con ganas de nuevos retos y sueños, y sintiendo paz en nuestro centro.

Depende de nosotras ser Paz. Tú eres la Paz, hermana!
Eres lo que quieras ser, y nosotras somos tu manada de lobas, atravesando juntas los caminos, las selvas de verdes indescriptibles, los desiertos oscuros del alma y los vibrantes océanos internos repletos de sabiduría.


Respira profundo, tanto que rompas el aire. Coge las riendas, vive con amor, locura, paz y sabiduría.
Todo a la vez, porque tú puedes hacerlo, ¿No ves que eres mujer?

Eres mujer, eres fuerte, eres dos, tres y cuatro mujeres a la vez. 
Eres todo lo que quieras ser. 
Decide pues, ser la versión más auténtica y libre de ti misma. 


Dedicado a todas las mujeres fuertes de mi vida.

Cristina.